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Guisantes con boniato: La mezcla de guisantes y boniato es un poco contra natura. Mejor dicho, contra temporada, porque unos son de primavera, y el otro, de otoño. Sin embargo, los guisantes conservan muy bien sus cualidades congelados, por lo que se pueden tomar sin problemas en otras épocas del año.
Lo mejor es hacerse con una buena provisión en su estación, y guardarlos en el congelador. Y si no, localizar alguna marca digna de guisantes extrafinos como, por ejemplo, los de La Sirena. En cualquier caso, evitar siempre los de lata, que además de feos son asquerosos.
A pesar de que los tres ingredientes del plato tienen importantes notas dulces, creo que combinan estupendamente, sobre todo por la diferencia de texturas del boniato cremoso, el guisante un poco crocante y la cebollita crujiente.
Ingredientes
Para cuatro personas
- 750 gr. de guisantes congelados de buena calidad
- 1/2 kilo de boniatos
- 3 escalonias o chalotas (si no se encuentran, 1 cebolla)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta negra recién molida
Preparación
Para preparar Guisantes con boniato hay que poner agua a hervir con mucha sal en una cazuela grande, y hervir los guisantes según las instrucciones. Tienen que quedar no muy hechos y con un color verde intenso. Sacarlos con una espumadera, pasarlos por agua fría y reservar.
En el mismo agua de cocción, hervir los boniatos bien limpios con piel, hasta que estén tiernos (unos 15-20 minutos). Sacarlos, dejar que se enfríen un poco, y pelarlos.
Preparar un plato con papel de cocina. Picar la escalonia lo más fina que se pueda, y freírla a fuego medio-alto con aceite abundante hasta que esté crujiente, con cuidado de que no se queme. Sacarla al plato con papel.
En otra sartén, saltear muy brevemente los guisantes y el boniato cortado en dados grandes con cuatro cucharadas del aceite de la escalonia, lo justo para que todo se caliente.
Salpimentar con generosidad y servir Guisantes con boniato de inmediato en una fuente con la escalonia crujiente por encima.
