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Pimientos rellenos de ventresca: Los pimientos rellenos son un clásico de la cocina del norte de España, que se prepara especialmente bien en Euskadi, Navarra y La Rioja. Se suelen comer calientes, rebozados y en salsa, pero para el verano apetecen más sus versiones frías.
Esta receta de pimientos rellenos de ventresca es de mi cuñada María del Mar, gran cocinera y mejor persona. Ella los vendía como churros cuando tenía su negocio de comida por encargo en Algorta (Vizcaya). A parte de estar buenísimos, tienen la ventaja de no requerir apenas fuego, lo que viene muy bien si tu cocina ya se ha convertido en un horno crematorio a estas alturas de junio.
La única dificultad para que salgan perfectos es encontrar unos pimientos del piquillo que sean finos. La primera vez que los hice, elegí unos de la línea De Nuestra Tierra de Carrefour, y aunque no estaban mal de sabor, eran demasiado gruesos y bastos. Según este fantástico estudio comparativo de Consumer Eroski, los mejores son los de La Catedral, seguidos por los de Dantza y Lodosa.
En el siguiente párrafo encontrarás la receta completa de Pimientos rellenos de ventresca.

Pimientos rellenos de ventresca
Ingredientes
- 20 pimientos del piquillo finos
- 200 gr. de ventresca de bonito en aceite
- 100 gr. de requesón o mató, o ricotta
- 4 escalonias en su defecto, usar dos cebollas medianas
- 1 to mate maduro
- 1/2 limón
- 100 ml. de mayonesa a poder ser casera
- Aceite de oliva
- Sal gorda
Elaboración paso a paso
- Dorar las escalonias finamente picadas en aceite. Cuando ya estén hechas, saltear 4 pimientos unos tres minutos en la misma sartén. Añadir agua. Retirar del fuego y dejar que se enfríe.
- Quitar el aceite de la ventresca y reservarlo. Mezclar el bonito con el requesón y el zumo de medio limón. Pelar y despepitar el tomate y añadir la carne bien escurrida. Sumar los pimientos salteados.
- Triturar esta mezcla con la batidora, e ir añadiéndole aceite de la ventresca hasta que coja una consistencia de crema. Meter en la nevera y dejar reposar un par de horas.
- Rellenar los pimientos restantes con la farsa. Lo más fácil es usar una manga pastelera; si no, con una cucharilla y paciencia. Ir colocándolos en una fuente.
- Batir la salsa de escalonia con la mayonesa, y semicubrir con ella los pimientos sin que queden flotando (que se vean partes del pimiento y del relleno). Servir fríos.
- Estos pimientos pueden servir como aperitivos, sirviéndolos como pinchos con un palillo sobre una rebanada de pan tostado.
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